Aquí hay tres estrategias simples
pero poderosas con las que podrás lucirte al conocer personas nuevas.
En los
deportes más competitivos, empezar bien puede hacer la diferencia entre ganar o
perder, y en nuestro mundo laboral hiper competitivo es más o menos igual.
Empezar con el pie izquierdo la relación con tu nuevo jefe, o con tus nuevos
compañeros o con un nuevo cliente puede ponerte en desventaja.
Por supuesto
que el optimista que vive en todos nosotros confiará en una segunda oportunidad
para recuperarse del daño causado en el primer encuentro.
Pero no es así
de fácil.
Un equipo de
psicólogos de Estados Unidos, Canadá y Bélgica descubrió que las impresiones
negativas del primer encuentro son difíciles de olvidar, incluso si sí logramos
tener esa segunda oportunidad. La investigación mostró que una impresión
positiva causada después de una mala primera impresión se limita al contexto
específico en el que se hizo, mientras que la percepción negativa original
seguirá actuando en nuestra contra en el resto de los escenarios. En otras
palabras, debemos encontrar muchas oportunidades diferentes en una gran
variedad de contextos en los que podamos hacer una impresión positiva
subsecuente para deshacernos de la primera mala impresión.
La buena
noticia es que siempre tendremos nuevas oportunidades para causar buenas
primeras impresiones. Piensa en toda la gente que conoces en eventos de
networking, o en trabajos nuevos, en entrevistas y cuando vas con clientes, o
en presentaciones de inversionistas y negociaciones de contratos. Y eso es sólo
en tu vida profesional.
Para
asegurarte de sacar el mayor provecho a estas oportunidades, te recomiendo tres
simples pero poderosas estrategias.
1. AMABILIDAD
Para hacer una
primera impresión poderosa y forjar una conexión emocional con la gente, haz un
esfuerzo por demostrar tu amabilidad. Esto envía señales a la amígdala en
nuestro cerebro (el área responsable de activar la respuesta de lucha o huida)
posicionándonos como alguien que no representa una amenaza.
Cuando
nuestras mentes están valorando si alguien es un amigo o un enemigo, percibir
amabilidad y calidad humana genuina puede ayudarnos de manera inmediata a
establecer expectativas positivas de confianza.
Si haces lo
opuesto y te presentas como una persona fría y distante, la gente puede
sentirse rechazada o puede percibirlo como una falta de respeto, lo que activa
la respuesta de amenaza en el cerebro. De hecho, la investigación en
neurociencia refleja que el rechazo duele literalmente ya que afecta las mismas
áreas del cerebro involucradas en el procesamiento del dolor físico, que en
ocasiones puede hacer que nos retiremos o que arremetamos con enojo.
Estas
respuestas son juicios rápidos. Andrea Abele, investigadora de la Universidad
de Erlangen-Nuremburg, y Bogdan Wojciszke de la Universidad de Gdansk,
encontraron que el cerebro evalúa la amabilidad y calidez de una persona mucho
más rápido que lo que se tarda en evaluar sus aptitudes.
Para proyectar
calidez, sólo recuerda sonreír. Haz contacto visual y cuida tu lenguaje
corporal para mostrarte realmente interesado. Esto lo puedes hacer hablando de
frente a la persona, en lugar de voltearte hacia otro lado. Aquí se ponen en
evidencia las cosas más simples, como un saludo bien pensado. Sí, pensado. La
mayoría de las personas estira la mano en automático, tomando la mano del otro
sin pensar en un propósito conciso, ni darse el tiempo de pensar en la presión
o duración de dicho contacto. La amabilidad también se refleja cuando haces
preguntas y luego haces más preguntas que demuestren interés a las respuestas
obtenidas. Y el hecho de compartir algo personal puede aumentar la confianza y
hacer que los demás se sientan relacionados contigo.
2. APTITUD
Aunque la
aptitud de una persona no se puede evaluar tan rápido como otras
características, sigue siendo un factor a la hora de que alguien se forme un
juicio sobre ti.
Una forma de
demostrar tu capacidad es mostrándote confiado en tu comportamiento, tono de
voz y apertura a participar. Pero las investigaciones también han demostrado
que contar con una buena reputación, tener logros importantes y una red de
contactos sólida puede mejorar la seguridad en tus capacidades, sobre todo
durante los primeros encuentros.
El reto es
lograr todo esto sin verte presumido. Sí debes hablar, pero en lugar de decir
lo maravilloso que eres, habla de tus logros a través de las personas,
organizaciones e instituciones que la otra persona pueda conocer, confiar y
respetar. Oraciones como “La forma en la que resolvimos eso en Google fue…” o
“Cuando terminé mi maestría en el extranjero decidí…” logran el objetivo de
poner tus logros sobre la mesa sin que parezca que estás presumiendo de ellos.
De hecho, es
mejor hacer un gran despliegue de sencillez y amabilidad a la hora de hablar
sobre tus aptitudes. Esto requiere de un equilibrio complejo, pero claro que
puede hacerse. Los investigadores Jennifer Leerner, Gary Sherman y Amy Cuddy de
Harvard encontraron que las personas que logran proyectar un sentido de
confianza en sus capacidades (sobre todo frente a los desafíos) son percibidas
como “guerreros felices” que pueden garantizar que quien los siga, estará bien.
Tu oportunidad
de ser ese guerrero feliz se encuentra frente a ti, en la próxima persona a la
que conozcas. Ten en mente el propósito de exhibir esas cualidades para
persuadir a tus nuevos conocidos de que vale la pena depositar su confianza en
ti. No estás ahí para desperdiciar su tiempo, sino que el encuentro puede
llevarlos a una relación benéfica en ambos sentidos.
3. VALOR
¿Qué puedes
hacer por mi? Esa pregunta suele estar en la mente de casi todas las personas
cuando conocen a alguien, pero no intentes demostrar tu valor como si
estuvieras haciendo una presentación de ventas cualquiera. En lugar de intentar
venderte a ti mismo sin éxito, enfócate en ilustrar tu valor agregado, ese algo
único y especial que puedes ofrecerle a tu interlocutor o a su equipo o
empresa.
Esto lo puedes
lograr siendo muy claro sobre lo que puedes hacer para darle beneficios
tangibles a los demás. Puede que le caigas bien a la gente, pero eso no sirve
de nada si no entienden tu propósito. En lugar de solo decir tu nombre y a lo
que te dedicas, ofrece una explicación sencilla sobre lo que eso significa en
términos de resultados.
Por ejemplo,
cuando yo me presento como “coach ejecutivo” suelo obtener respuestas como:
“Ah, eres un life coach” o “¿Eres un consultor de negocios?”. Claramente no
encontraron un valor en el simple hecho de describir mi profesión, porque no
mucha gente entiende qué hago cuando digo que soy un “coach ejecutivo” ni para
qué sirve. Así que generalmente agrego un “ayudo a los líderes de las empresas
a entender sus puntos ciegos y cambiar sus comportamientos para tener un mayor
impacto en su trabajo y lugar un mayor compromiso por parte de sus empleados”.
Esta es una
declaración muy corta, pero explica de manera clara el valor de mi trabajo hacia
mis clientes y sus empresas. También estimula el centro de recompensa en el
cerebro de quien me escucha porque, desde la perspectiva de la neurociencia, el
cerebro humano tiene hambre de claridad y certeza. Sobre todo, una declaración
como esta facilita que la gente se imagine lo que podría hacer por ellos.
Así que
independientemente de si eres el director de finanzas, un analista de la cadena
de proveedores, un líder de ventas o un editor de noticias, puedes elaborar tu
propia declaración de valor haciéndote esta simple pregunta: ¿Quién se
beneficia y cómo?
Amabilidad,
aptitud y valor: tres cualidades cruciales para tener a la mano cuando estés
buscando causar una primera impresión de impacto. Si dudas de si el esfuerzo
vale la pena, recuerda esta simple lección de Robert Hogan, co-fundador de
Hogan Assessments: son los otros los que se casan con nosotros, nos contratan,
nos despiden, nos promueven, nos prestan dinero y nos siguen, no por lo que
nosotros pensamos de nosotros sino por lo que ellos piensan de nosotros.
Asegúrate de este haciendo todo lo que esté en tus manos para que lo que los
otros piensen sea la mejor versión de ti mismo.
Contáctenos:
E-mail: ayc@ayc-investigacion.net
Website: www.ayc-investigacion.net
Telf.: (511) 571 3441, Cel. 980201360, 980524679
"Cuando Ud. reciba su trabajo de investigación, no solo recibirá un informe, recibirá la solución y las respuestas que buscaba"
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